La moda, aunque no nos damos cuenta y no la sigamos mucho, es efímera por naturaleza, se construye de tendencias que se renuevan. Por ello, aparecen museos icónicos de firmas relevantes, para conservar los modelos más exclusivos. Un ejemplo de todo ello es el Museo del Traje de Madrid, Palais Galliera de Paris, The Costume Institute en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, etc.
No se si sois conocedores que hubo un tiempo en que grandes artistas de la talla de Picasso o Dalí colaboraron de forma puntual con el ballet o con el teatro, diseñando el vestuario, hasta los telones de fondo de la obra. Diseñadoras como Coco Chanel (apasionada y coleccionista de arte) se inspiraba en el arte para diseñar sus nuevas colecciones. Esos diseños eran para un círculo muy selecto, donde la frontera entre el arte y la moda está claramente delimitada.
Remontándonos en la historia, una mujer extravagante y provocativa, Elsa Schiaparelli, no sabía coser, fue acusada por Dior, por diseñar para pintores y poetas. Fue la única en crear en su época, un lazo permanente entre la moda y el arte. Ella creó prendas con sus amigos surrealistas. Dalí, creó el traje langosta que lució Wallis Simpson, la falda con cajones de cómoda o un sombrero escarpín en el S.XVIII.
Elsa Schiaparelli
En 1984, se crea la Fundación para la Promoción del Arte por Cartier, la cual hizo ver a los especialistas del marketing las ventajas de una unión entre el lujo y el arte. En definitiva, un estupendo medio de promoción y difusión de marcas. Se entra en una economía de lo más fetiche.
Las técnicas de optimización de ventas y de la imagen de marcas gracias al arte han llevado a los expertos a forjar una nueva palabra el Art-keting. Bernard Arnault y Francois Pinault, los propietarios de dos de los grandes grupos de la moda y del lujo, además de sus maisons de coutures, poseen fundaciones que custodian importantes colecciones de arte.
Instalaciones en museos, recuperan fotos de moda o grandes campañas o editoriales para poderlas exponer.
Artículos y objetos cult con gran fetichismo artísticos, vuelven a estar en galerías, irradian un gran fetichismo artístico, por ejemplo los bolsos Vuitton o de Lady Dior, un bolso emblemático que actualmente es una obra de arte.
Digamos que el arte es como una nueva religión, algo que el genial Andy Warhol, profetizó en el 1977. Aseguró que los museos se convertirían en grandes almacenes y los grandes almacenes en museos.
Dicho esto, os invito a todos estos placeres. Disfrutad con todos ellos.
Redactora de mimejorimagen.es